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Consumido y cultivado desde hace 5000 años, nuestro delicioso choclo peruano envuelve consigo y bajo sus verdes pancas, una leyenda de amor verdadero, hecho que nos hace relacionarlo con lo sabroso que saben nuestros platos si los cocinamos con ese ingrediente tan puro.
Cuenta la leyenda que en la época de los incas, Sara-Chogllo, una mujer guerrera, acompañaba a Wiru, su compañero de la vida a una de sus batallas, pero mientras peleaba duramente, una flecha de bambú penetró su corazón en el campo de batalla. Tal fue el amor entre ellos que el guerrero se arrodilló desconsolado y de sus ojos brotaron un río de lágrimas que bañaron el rostro y las heridas de Sara- Chogllo, dejando escapar lo más dolorosos lamentos nunca oídos hasta ese entonces. Fue cuando de pronto empezó a crecer de su corazón, una hermosa planta que iba tomando forma, le crecieron unos dientes fuertes y sanos como el de la sonrisa de una mujer, comenzaron a brotar hermosos cabellos dorados y faldas verdes que la envolvieron.
Cuando el fruto estaba maduro, Wiru lo llamó Chogllo y lo guardó cerca de su corazón, para sentir los latidos del fruto que su amada le había ofrendado como última muestra de amor, para luego devolverlo a la Pachamama (Madre Tierra) a modo de ofrenda, en donde crecería y se multiplicaría, alimentando a los hijos de su pueblo, haciendo de ellos una raza de hombres fuertes.
Desde aquella fecha se celebra en diciembre, el Capac Raymi, un ritual en el que se siembra este maíz entregándolo a la Pachamama, hasta esperar la llegada del mes de Mayo, cuando las lágrimas de Wiru (lluvias) hayan sido secadas por el radiante sol, y en donde la madre Tierra les entregará a los descendientes de Wiru porciones generosas de CHOGLLO, fruto que resguarda el corazón de un gran amor.
Fuente: Pardos Blog
EL CHOCLO PERUANO:
LA LEYENDA QUE RESGUARDA EL CORAZÓN DE UN GRAN AMOR

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